El objetivo de la terapia es detener el sangrado agudo lo antes posible. El sangrado se debe controlar rápidamente para prevenir un shock y la muerte.
Si se presenta un sangrado abundante, es posible que la persona deba ser conectada a un respirador para proteger sus vías respiratorias y evitar la broncoaspiración de sangre.
Para detener el sangrado, el proveedor puede introducir un endoscopio (una sonda con una pequeña luz en el extremo) hacia el esófago:
- Se pueden inyectar las várices con un medicamento coagulante.
- Se puede colocar una banda de caucho alrededor de las venas sangrantes (llamado ligadura).
Otros tratamientos para detener el sangrado:
- Se puede utilizar un medicamento para contraer los vasos sanguíneos a través de las venas. Algunos ejemplos incluyen octeotrida o vasopresina.
- En pocas ocasiones, se puede introducir una sonda a través de la nariz hasta el estómago e inflarse con aire. Esto produce presión sobre las venas que sangran (taponamiento con globo).
Una vez que el sangrado se detiene, otras várices se pueden tratar con medicamentos y procedimientos para prevenir una hemorragia futura. Estos incluyen:
- Fármacos llamados betabloqueadores, como propanolol y nadolol, que reducen la presión en la vena porta y el riesgo de sangrado.
- Se puede colocar una banda de caucho alrededor de las venas sangrantes durante un procedimiento de EGD. También se pueden inyectar algunos medicamentos en las várices durante el EGD para provocar que coagulen.
- Una derivación portosistémica intrahepática transyugular (DPIT) es un procedimiento para crear nuevas conexiones entre dos vasos sanguíneos en el hígado. Esto puede disminuir la presión en las venas e impedir que se presenten episodios de sangrado nuevamente.
En pocas ocasiones, se puede emplear la cirugía de emergencia para tratar a las personas si otro tratamiento falla. Otras opciones de tratamiento son la derivación portocava o la extirpación quirúrgica para disminuir la presión del esófago, pero estos procedimientos ofrecen riesgo.
Las personas con várices sangrantes a raíz de enfermedad hepática pueden necesitar más tratamiento para su enfermedad, lo que incluye un trasplante de hígado.
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